sábado, 26 de abril de 2014

Los amantes de Massive Attack

 A veces no quiero hablar. Miro mi reflejo en el fondo del té.

¿Te acuerdas de cuándo vivíamos en La Habana?
 Sudados, silenciosos y sonrientes.

¿Te acuerdas?
 Oyendo Massive Attack y soñando con el mundo. Otro mundo. Cualquier mundo.

Los hombres nuevos "anti-hombre nuevo".

¿Te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena? 

¿Te acuerdas de Cuba cuando nieva?

'No tengo sueño', Silvia Corbelle Batista. (alascuatromigato.blogspot.com.es)

Ellos se aman. Eróticamente. Efímeramente. Ellos son cualquiera: ustedes, nosotros, aquellos, estos, esos. Pero una canción, poema, novela o teleserie los hará eternos. Suena Angel, de Massive Attack mientras sus cuerpos se elevan en un beso, y se vuelven todos los amantes, danzan en espiral, se rozan las pelvis, se enroscan: enredadera de piel, caricias, respiración agitada, frenesí, clamor, y finalmente, éxtasis. La canción acaba, el poema termina, cierras la novela, y en la teleserie concluye la temporada: el mundo separa los cuerpos.

Tras el orgasmo la vida continúa. Los amantes van al baño. Se limpian las manos, el sexo. La cara pierde los besos. Tras el agua vuelve a brillar tu identidad: solitaria, compuesta; te vuelve el alma al cuerpo. Ahora con tonalidad alegre, maquillaje primaveral, suave y ligero, pero con algún detalle intenso.  Sonríes. Y te vas. Al metro, al supermercado, a la playa, al sueño. 

Los cuerpos se alejan, pero los recuerdos permanecen. Al pie de la cama, noche tras noche, a la espera de que los invites a acostarse contigo, hasta llenar de nostalgia tu cuerpo.
Malditos y putos recuerdos.
¿Te acuerdas?
Recuerda.

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