viernes, 12 de septiembre de 2014

A media luz de luna


Clic clic clic. Apaga todo. Clic clic clic. Deja sólo los puntos luminosos y la luna. Ya verás como entendemos mejor las cosas. Verás como emergen los reflejos de esos rostros de mujer que ahora miran esa misma luna. Multitud de mujeres solísimas, hormigas en busca de alimento, moscas sobre un mantel que huele a queso, víboras sedientas de néctar de amapola, Grenouille multiplicado en sus perfumes femeninos, pieles que crujen al frío del descontento, aguardando por las caricias de un sol fálico. Un sol que no se puede mirar con los ojos para no matar la nostalgia. Un sol oriental que aguanta al demonio del deseo y demora el orgasmo con que esas mujeres sueñan, mientras sus frágiles manos hurgan la soledad de sus ingles. La derrota de un cuerpo vivo que se entrega a la matanza de las horas. Nadie mejor que la luna sabe eso.


Lien C. Lau, Málaga, 7 de diciembre de 2007.

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